El céntrico espacio acoge hasta el 3 de diciembre la obra del artista guipuzcoano
Es habitual en él cuando de encontrarse con los medios se trata. Palabras, las justas. Eso sí, de agradecimiento por acudir y difundir. En realidad, la obra es la que debe hablar por sí misma, acompañada por las reflexiones de otros, como es el caso del crítico y profesor universitario Edorta Kortadi. A partir de ahora, que la conversación siga dependen del público, de quienes hasta el próximo 3 de diciembre se acerquen hasta la Sala Fundación Vital, lugar que acoge ya la exposición retrospectiva del pintor guipuzcoano Juan Luis Goenaga. “No, no, yo no tengo nada que decir, sólo gracias”.
Comisariada por Juanma Arriaga, esta mirada a casi medio siglo de creación inicia su recorrido en 1971, es decir, en el año en el que el artista realizó su primera exposición. Y termina justo en este 2017 puesto que el autor ni quiere ni puede detenerse. Eso sí, no se pretende aquí hacer un recorrido cronológico de estas cuatro décadas y media, sino que se estructura las 44 obras seleccionadas en diferentes áreas temáticas o intereses (paisajes, naturaleza, personajes abstractos, raíces y hierbas, arqueología…). “Al fin y al cabo, es una exposición completa, un trabajo pleno que toma como referencia los grandes hitos de su trayectoria”, comenta Kortadi, quien remarca la influencia que en la carrera del artista tiene la vivencia entre dos mundos tan cercanos y distintos como los que representan Donostia y Alkiza, donde se encuentra el refugio de Goenaga.
Así, los paisajes naturales y urbanos conducen al espectador por este casi centenar de cuadros elegidos para la ocasión, aunque con motivo de la retrospectiva se ha editado un catálogo sobre la trayectoria del pintor en la que se dobla el número de obras, acompañadas, además, por diferentes textos firmados, entre otros, por Fernando Golvano y Helena Elbusto.
“Situado entre el expresionismo y el arte matérico, Goenaga es uno de los nombres destacados de la pintura vasca”, destaca Josune Albizu, directora de la Fundación Vital, quien recuerda que el pintor, a lo largo de su vida, ha plasmado temas etnográficos, de mitología vasca y paisajes, que se han convertido en su seña de identidad. Además, se incluye una serie compuesta por ocho obras dedicada a los eskulan de este autor, piezas realizadas en plena naturaleza con materiales orgánicos y artesanos.
Como recuerda Kortadi, tras iniciarse de forma autodidacta desde la adolescencia en Barcelona y París, la personalidad introspectiva y estudiosa de Goenaga le llevó a recluirse desde 1970 en su caserío de Alkiza. Desde entonces, el artista se ha dedicado a trabajar el legado artístico de la naturaleza y el mundo rural vasco, en sus aspectos más abstractos y primigenios, optando por colores terrosos, pétreos y oscuros, aunque en ocasiones sorprende pinturas llenas de color.
Vía Noticias de Alava