Los galeristas Emilia Epelde y Mikel Mardaras dejaron su emplazamiento enfrente del Guggenheim, primero, y en Conde de Mirasol, junto a la Ría de Bilbao, después, para acondicionar la mitad de su propio hogar como galería de arte (Jardines, 10, 3º).
Con la exposición de lo más reciente de Juan Luis Goenaga inauguran ellos también este nuevo espacio, dividido en varias habitaciones, lo que en el futuro les dará la posibilidad de afrontar muestras más reducidas o simultanear a varios autores. Además, estrenan web: www.epelde-mardaras.com.
Goenaga presenta ocho óleos sobre lienzo y una veintena de obras sobre papel, un formato con el que el pintor se halla cada vez más a gusto. Se trata de papel de algodón, fabricado a mano. “Da el toque de piedra rupestre”, matiza. Y añade que siente “más libertad” al trabajar con papel: “La tela impone más”.
No falta entre los trazos poderosos y matéricos del último Goenaga la figura humana, los desnudos que marcaron algunas de sus exposiciones anteriores. “La figura surge de forma cíclica en mi trabajo. Ahora me vuelve a interesar”, comenta. También resalta la presencia del erotismo, tanto en los cuadros en que se puede ver explícitamente como en los que no. “El erotismo está en todo, de manera más o menos intencionada”, reconoce.
La forma de trabajar de Goenaga, un hombre “caótico” y “poco disciplinado”, como él mismo se define, ha cambiado en esta etapa. “Pinto en el suelo y al aire libre. Antes lo hacía en el interior. Ahora es fundamental la luz del exterior. El hecho de pintar a pleno sol te da otra energía”, asegura.
La exposición, abierta hasta el 5 de enero de 2006, incluirá además grandes telas sobre las que aún está trabajando. Éste es un soporte con el que a Goenaga le ha gustado experimentar desde hace tiempo. Ese interés le ha llevado también a pintar prendas de ropa. Primero, reconoce, “eran imponibles”, pero ya ha vendido piezas a familiares y amigos. Una de las personas que luce habitualmente ropa decorada por Goenaga es el actor Óscar Jaenada, quien da vida al cantaor Camarón en la película sobre su vida. Aunque no va a dedicarse a decorar ropa, el artista reconoce que le divierte. “Es el mismo proceso de poner materiales en los cuadros, pero a la inversa”, explica.
Vía El País